Málaga (C.F.): Patrimonio Histórico de la Humanidad… Futbolística

¡Lo tengo claro! A punto de comenzar otra temporada bipolar de la Liga de Fútbol en España (trofeo que sólo disputan el Real Madrid C.F. y el F.C. Barcelona), además de apoyar al Athletic Club -soy hincha desde los títulos 82-83 y 83-84-, este campeonato voy a hacerle fuerza al “Patrimonio Histórico Mundial Fútbol Club” -léase Málaga C.F.-, que este año luce orgulloso en su camiseta Nike el logo de la UNESCO.

Es curioso. De los 50 bienes con el sello Patrimonio Histórico de la Humanidad que hay en este país, ninguno de ellos está en Málaga. Muy a pesar de que la ciudad cuenta, entre otros, con la Alcazaba -esa fortificación palaciega de la época musulmana, situada en las faldas del monte Gibralfaro-, o la misma Catedral -una de las joyas renacentistas más valiosas de Andalucía-. Por no hablar de ser la ciudad natal de Pablo Ruiz Picasso.

Sin embargo, el jeque catarí Abdullah ben Nasser Al Thani a punta de chequera quiere cambiar esa historia. Propietario desde el año pasado del Málaga Club de Fútbol, con una millonaria inversión en el equipo -que ronda los 60 millones de euros-, Al Thani apuesta fuertemente esta temporada para conseguir y llevar el título de la Liga a la ciudad. Y hacer así de La Rosaleda, el estadio local, la sede del primer equipo del mundo, campeón por encima de merengones y culés. Una verdadera hazaña que lo pondría en bandeja de plata para ser candidato a ser declarado Patrimonio Histórico de la Humanidad… Futbolística. ¿Por qué no?

Razones las tiene. Dice la carta de la UNESCO que para adquirir ese sello, los bienes culturales deben reunir al menos las siguientes características:

“1) Representar una obra maestra de genio creativo humano”. ¿Acaso lo de reunir en un mismo equipo a Julio ‘La Bestia’ Baptista, Ruud Van Nistelrooy, Diego Buenanote, Joaquín Sánchez, Jerémy Toulalan, Natxo Monreal, Martín Demichelis y Santi Cazorla (y de DT a Manuel Pellegrini), no es de un genio tipo Aladino? Con chequera, pero genio.

“2) Ser la manifestación de un intercambio considerable de valores humanos durante un determinado período o en un área cultural específica”. Con treinta jugadores en su plantilla, y 10 nacionalidades distintas (España, Argentina, Portugal, Brasil, Holanda, Uruguay, Dinamarca, Venezuela, Italia y Francia) lo del “intercambio considerable de valores” está más que asegurado en toda la temporada que se avecina.

“3) Ser y aportar un testimonio único o por lo menos excepcional, de una tradición cultural o de una civilización desaparecida o que sigue viva”. Está la tienen más fácil, pues el Málaga C.F. es el sucesor del desaparecido en 1992, por problemas económicos, Club Deportivo Málaga.

“4) Constituir un ejemplo sobresaliente de hábitat o establecimiento humano tradicional, representativo de una cultura o de culturas ahora vulnerables por el impacto de un cambio irreversible”. Que Buenanote, Demichelis y Cousillas -asistente de Manuel Pellegrini- dején a un lado del Atlántico la carne y se acostumbren a los espetos de sardinas en la playa mediterránea, cubre este ítem.

“5) Recuperar, proteger y conservar un tesoro o bien cultural”. Contratar por cero euros a un goleador como Van Nistelrooy, traerlo de la fría liga alemana para la caliente Málaga ya es una obra de incunable valor museístico (y futbolístico).

Por eso, Desde la multitud apoyamos ese proyecto y lanzamos la candidatura del Málaga C.F. para ser considerado bien de Patrimonio Histórico de la Humanidad. Sólo le falta un requisito, que veremos si cumple al final de la temporada: ganar el título de la Liga y vencer al Real Portuguesa (Real Madrid C.F.) y al Qatar Foundation Royal (Barcelona F.C.). Con eso terminaría de cuajar la idea y Al(adino) Thani no tendría que seguir frotando su lámpara de deseos. No hay duda. El jeque quiere que el Málaga C.F. lleve más turistas a la ciudad que la Catedral, Picasso y la Alcazaba juntos.  ¡A por ello!