Chávez For Ever FC

No sería extraño que en una coyuntura como la que está viviendo Venezuela, ahora naciera un equipo de fútbol que se llame Chávez For Ever FC. Camiseta roja, pantaloneta ocre petróleo y medias verde oliva. Su máximo objetivo sería ganar la Copa Libertadores de América.
Ya veo a sus futbolistas, saltando al campo, en Brasil, Bolivia o Paraguay, con boinas y medallas, derrochando gotas de sudor en homenaje a su fallecido líder. Antes de cada partido, no se llevaría a cabo un minuto de silencio en homenaje a la memoria del prócer boliviariano. Sería todo lo contrario. Diez minutos de bullicio, veinte de algarabía, una hora de gritos, el tiempo que hiciese falta para escuchar de nuevo su voz.
En respuesta a eso, por el servicio de megafonía del Nemesio Camacho El Campín, en Bogotá; el Monumental de River o La Bombonera de Boca, en Buenos Aires, se haría escuchar a todos los asistentes al partido, uno de los tantos discursos del expresidente muerto. La apoteosis máxima sería cuando se oyera el “Huele a azufre”. Los once titulares del Chávez For Ever FC terminarían con el “¡Hasta la victoria siempre!”. Una frase que cabe tanto para cualquier encuentro de fútbol como para cualquier revolución.
Desde el banquillo, con los ojos sin vida, la figura embalsamada del líder seguiría el juego, enfundada en el chándal con la bandera tricolor: amarillo, azul y rojo. Claro, en el vestuario, antes del partido, no habría charla técnica sino lectura de la Constitución Bolivariana de la República de Venezuela. Ese librito azul que guarda los secretos y las tácticas con las que el Chávez For Ever FC pretendería reinar en el mundo del fútbol del continente para alcanzar de una vez y para siempre la tan ansiada Copa Libertadores de América.