El día de los muertos vivientes en Sitges

Pendones del Festival de Cine de Sitges
George A. Romero no llegó a Sitges el 10 de octubre. Sin embargo, a plena luz del día, aún sin que la oscuridad de la noche cayera sobre este otrora pueblo de pescadores, 36 kilómetros al sur de Barcelona, un ejército de zombies, vestidos de harapos ensangrentados, arrastrando los pies, de mirada perdida, y con ganas de satisfacer su dieta alta en carne y cerebros humanos, se apoderó de las calles y playas de esta ciudad sobre el Mediterráneo español.
Yo también quiero cerebro... ñam, ñam, ñam...
Romero no aterrizó en Cataluña, pero esas criaturas, que se suponen muertas y que han vuelto a la vida sin voluntad propia, sí. Esos monstruos que el mismo director estadounidense sacó de la oscuridad eterna, con su película La noche de los muertos vivientes de 1968, recorrieron a pie la distancia que separa al edificio Miramar del hotel Melía, en Sitges.
“No nos hacemos responsables de las mutaciones durante este día. Está permitido todo”, dejó salir de su boca, durante la salida, Juan Manuel Pastor, encargado de organizar la caminata, en la que participaron más de mil personas, durante la edición 41 del Festival Internacional de Cine Fantástico que tuvo lugar del 2 al 12 de octubre, en esta ciudad.

Y de verdad, todo estuvo permitido. Desde la Plaza del Ayuntamiento, con un cielo azul y un sol que tampoco se quería perder de este horror, fueron caminando momias embadurnadas de lodo, parejas bañadas en sangre, hombres sin cabeza y niños con tres ojos. Todos querían comer a cuanto humano se les atravesara. Estaban dispuestos a morder cuellos y cabezas. Y, sin ninguna regla de protocolo en la mesa o mejor, en la calle, roer fémures y omoplatos para chupar la esencia que les devolviera, poco a poco, más vida.

Así lo hicieron.
Aunque eso solo se dio en la imaginación de los que seguimos este género fílmico, pues en la Sitges que vimos, todo era fiesta y cerveza. Hasta un grupillo rezagado de gente se animó a gritar: “Los muertos somos más… los muertos somos más”, mientras la marcha seguía su camino y el horror se desplazaba arrastrando los pasos. Uno a uno. Uno tras otro.

Pareja de zombies... ni la muerte los separó.

 

No era para menos, pues la celebración de los 40 años de la película que el American Film Institute tiene en el puesto 93, entre las 100 mejores de la historia, y que el Congreso de E.U. nombró “significativamente culturalmente”, que fue rodada con un presupuesto de 114 mil dólares y que dio pie para cientos de pelis , no se podía enterrar como un cadáver sin nombre en una tumba desconocida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Una de las asistentes, la crítica de cine Magdalena Navarro, entre la nube de muertos hechos a punta de pintura blanca y sirope de chocolate, atinó a decir: “Lo que da miedo de los zombies, y que los diferencia de otras pesadillas, es que absolutamente cualquiera puede convertirse en uno de ellos. No importa cuán buena persona fue cuando estaba vivo, o lo mucho que quisiera a su madre; una vez vuelva de entre los muertos, lo único que querrá hacer es comérsela. De ahí el terror en el ojo del espectador”. De ahí que el género siga vivo en la pantalla grande.


Entre ellos, también estaba Bill Hinzman, asistente de cámara en la cinta original y director de fotografía en la versión de 1990. “Estar entre estos muertos es maravilloso”, comentó con su cara de Frankestein. Según Hinzman, Romero no pudo llegar por estar rodando, precisamente, en Canadá, un nuevo filme: The Island of the Living Dead. “Tuvo que cancelar su viaje a última hora. Es una lástima, porque se hubiera divertido más que cuando filmamos la primera versión”, agregó. Y razón tenía.

Tras el paso mortuorio quedó un rastro de sangre y vísceras. Ese fue lo que vio la gente apostada a lado y lado de las calles Davallada, Porto Alegre, Fonollar. Hasta el Rincón de la Calma, antes de llegar a la iglesia de Sant Bartomeu y Santa Tecla, perdió su habitual silencio con la macabra procesión. La marcha, encabezada por un hombre sin cabeza, subió al Mirador de Miguel Utrillo i Marlius. Luego bajó al Paseo de la Ribera, para perderse entre los bañistas que a esa hora tomaban el sol en la playa La Fragata. Uno que otro muerto aprovechó el momento para hacer lo mismo y darle un tono más oscuro a su piel amarillenta.

Luego, en esa misma playa, zombies y vivos gritaron –otra vez y más fuerte y cón más voces unidas-: “Los muertos somos más!”. Después el halo de muerte se incrementó con la música de los grupos españoles Motorzombis, Dulcamara, Eyaculación Post Mortem, Secret Army, Brioles y Los Tiki Phantoms.


 

 

 

 

 

 

 

 


 

Y aunque todo esto se planeó ese día, en la ciudad, para rendirle un homenaje -que pretendió salir del cementerio de Sitges, pero que el Ayuntamiento por respeto, no dejó-a Romero y su filme, al cumplirse 40 años del estreno, el cineasta no apareció. Quizás al miedo de verse rodeado de tanto espanto, venido desde todos los rincones de Europa, lo hizo desistir de la idea. A pesar de su ausencia, los muertos volvieron a salir de sus tumbas y, sin importar la caída, ese día, de las bolsas en las principales capitales del mundo, marcharon y demostraron que están muy vivos. Y su cine, mucho más. Descansen en paz, para que regresen a comer. Los estaremos esperando. Eso sí, sentados en una silla, en la oscuridad de una sala de cine, teniendo en mano la única arma que como espectadores tenemos para enfrentarlos: las palomitas de maíz.

Anexo: Recomendaciones para defenderse de un zombie. Recuerde que como estos seres ya están muertos, es difícil matarles. Por eso lo mejor es un golpe directo y fuerte a la cabeza, tipo dejarles caer un yunque u otro objeto pesado, que se las destripe y las deje como un sánduche. Si tiene una escopeta, revólver o pistola a mano, los expertos en este tipo de enfrentamiento recomiendan un disparo (varios, si es necesario) en la frente. Con eso dejaran de querer asestarle una mordida a su cerebro… otros prefieren chamuscarlos hasta convertirlos en cenizas. En usted está que no se dejé morder y convertirse en uno de ellos.

Ver más fotos y otro lado de la historia en:
http://www.facebook.com/album.php?aid=56693&l=65cb9&id=584761639

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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