Kureishi

Volví a la Jaume Fuster. Regresé a la biblioteca de la Plaza Lesseps, en Barcelona, como el tipo que retorna a la misma barra del bar de copas donde no pudo ligar la otra noche, buscando lo de siempre: otra oportunidad. Y vaya que si la tuve. Allí había alguien, no para ligar, pero sí para contar algo.

Para empezar, sin el gusano de gente queriendo entrar, como hace un par de días en la charla de escritor japonés Haruki Murakami, esta vez entrar al salón de conferencias, para oír lo que iba a decir su colega Hanif Kureishi, fue fácil.

¿Será que así de sencilla y fácil es la literatuta de este inglés de raíces paquistaníes? Porque siendo sincero, todavía no he leído el primer libro de Kureishi. Claro, a veces oír a un escritor es el mejor preludio para iniciarse en él. Y eso fue lo que pasó. Ya habrá tiempo para su lectura.

Escuche atento a Kureishi, que estaba aquí para hablar de su más reciente novela, Algo que contarte, y después de la presentación que hiciera el también escritor Eduardo Mendoza -no está demás decir que bastante floja-, el inglés comenzó a discernir sobre su obra, la Gran Bretaña, Pakistán, la xenofobia, la adolescencia, el psicoanálisis, Sigmund Freud y hasta se pronunció a favor de lo que la gente llama “programas basura” en la televisión.

Esto último, tal cual como lo confirmó, días después, en la entrevista que publicó La Vanguardia: “Siendo escritor, la verdad es que uno pasa gran parte del día mirando la tele. Me fascinan esos programas de testimonios, tipo “mi marido es un transexual”. Funcionan como terapia, para los invitados y para el espectador, que se dice: gracias a Dios, yo no soy así”.

Volviendo a la sala de la biblioteca, con un tic gestual que le hacía cerrar los ojos por un microinstante y apretar sus labios, mientras lo presentaba Mendoza, Kureishi se mostró después muy afable con la gente. Y como es rutina en este tipo de actos, firmó paciente los ejemplares que una fila de treinta personas le puso por delante.

Pero como no es mucho lo que yo pueda decir de él, y menos de sus obra en general, aquí quedan unas frases de Hanif Kureishi durante su charla, que lo presentan mejor, quizas más de lo que trato de hacer Mendoza en la Jaume Fuster.

1. “Me encanta la vulgaridad y (de) la estupidez inglesa”.

2. “El mundo ha cambiado mucho. Antes teníamos televisores muy pequeños para salas muy grandes. Ahora, los televisores son más grandes que las mismas salas”.

3. “Nada más revelador (de una persona) que la mentira”.

4. “Gran Bretaña ha pasado de ser un país de una sola raza a ser una sociedad multicultural”.

5. “Siempre estoy a punto de regresar a Pakistán… pero me detiene el que se haya convertido en una catástrofe muy peligrosa. Es el país más peligroso del mundo para vivir. No lo recomiendo”.

6. “¿No será que el público tiene una pregunta?”. (Al ver que Mendoza se alargaba en su presentación sin decir mucho de él).

7. “Me interesaría escribir sobre la adolescencia, tengo hijos en esa edad, y escribir cómo es un adolescente, desde su propia voz, sería bueno para mostrar lo cruel que es su vida”.

8. “No creo que para ser un buen escritor se tenga que recurrir al psicoanálisis. La escritura es la mejor de todas las terapias”.

9. “Un par de preguntas y después firmaré un par de libros”. (Lo dijo algo cansado o, mejor, resignado).

10. Un asistente le preguntó: “¿Su sentido del humor ha contribuido a su integración en la Gran Bretaña?”; a lo que Kureishi, sin pensarlo mucho, dijo: “¡No, yo no estoy integrado!”.

Para finalizar, alguien le preguntó sobre qué estaba escribiendo o futuros proyectos. Kureishi contó que tiene una bolsa llena de botellas de licor que le da vueltas en la cabeza. Y pasó a explicar: “Como soy padre de tres adolescentes, me toca llevarlos y recogerlos de las fiestas. Y hay un amigo de ellos que me llama la atención, pues siempre lleva una maleta consigo para todos lados. El otro día le pregunté qué llevaba ahí y él me respondió: “Todo el licor de las fiestas”. Pero cómo lo consigues, si aún no tiene la edad para hacerlo, le pregunté. El me mostró un documento de identidad con su foto, que dice que tiene 26 años, cuando creo que tiene 14 ó 15… vaya, esa anécdota sería buena para alguna historia, sería buena para escribir de eso y de lo bien que es recibido este chico, en las fiestas, por todos sus amigos”.

One Reply to “Kureishi”

  1. Intimidad es un libro muy bueno. Le dejo una frasesita a ver si se antoja: “Aunque soy consciente de lo proclives que somos todos a la ilusión. Que perturbador resulta que nuestras ilusiones sean a menudo nuestras creencias más importantes”.

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