Mundial de Ciclismo de Florencia: ¿homenaje a Armstrong?

Pinocho-mascota

Los italianos aman la bicicleta. Muchos de ellos todavía guardan recuerdos imborrables de los duelos Coppi-Bartali o Saronni-Moser. Otros aún se emocionan al revivir y contar las gestas de Gimondi, Bugno o Pantani en cualquier carretera europea. Es tanto el sentimiento hacia la bici, que los tifosi pueden ser infieles a sus parejas, a sus partidos políticos, a sus familias, pero jamás al deporte “più bello del mondo”. 
Y, precisamente, para corresponder a ese sentimiento, la Unión Ciclista Internacional (UCI) designó a Florencia como sede del Campeonato del Mundo de Ciclismo 2013. Desde el 22 al 29 de septiembre, la ciudad en el centro de la Toscana recibirá a los ciclistas para disputarse las camisetas arco iris en las distintas pruebas y categorías.
Hasta ahí, todo bien. Sin embargo, además de discutir si el suizo Fabian Cancellara vencerá en la contrarreloj individual al alemán Tony Martin o si los pedalistas locales, encabezados seguramente por Nibali, podrán ganar en la ruta a los Rodríguez, Quintana, Valverde, Pinot, Mollema, Gilbert, Urán, etcétera, esta vez la polémica se centra sobre la mascota que escogió la organización como imagen del certamen.
Vestido con maillot arco iris y cullottè negro, el personaje que da la cara -por no decir la nariz- al Mundial no es otro que Pinocho. La marioneta surgida de Le avventure di Pinocchio, creada por Carlo Collodi en esa ciudad, en el siglo XIX, con ilustraciones de Enrico Mazzanti.
“Es apegado a su tierra, orgulloso y atento. Su mirada se dirige al horizonte con actitud optimista, proyectada hacia el futuro. Es atlético y esbelto, un verdadero atleta”, explican en la página oficial en Internet.
¿Atlético, esbelto, apegado a su tierra, orgulloso, un verdadero atleta? Digo estas palabras en voz alta mientras me fijo detenidamente en el dibujo y no sé, pero tanto ellas como la imagen, en especial la nariz larga, me recuerdan a cierto ¿ciclista? ¿triatleta? ¿timador profesional? que por estos días ha devuelto, descalificado por dopaje, la medalla de bronce de la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos de Sydney 2000. ¿Será que los italianos, con todo lo que quieren el ciclismo, buscan rendir homenaje a Armstrong? Para mí, lo aman tanto que con ironía quieren pasar página a los últimos años y limpiar con humor la cara de este maltrecho deporte. ¿Se puede creer?

 

 

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