Pérez Andújar y la metáfora de lo ‘pulp’ para hacer literatura

El escritor Javier Pérez Andújar explica a la prensa los tejidos de su nueva novela: ‘La noche fenomenal’. / Foto: Wolframio Caballero


Dice Javier Pérez Andújar
que ha adquirido un compromiso con la literatura. El pacto de escribir novela, sobre todo, ficción. Así, con ese acuerdo, abre la mesa de presentación de su más reciente novela, La noche fenomenal (Anagrama), en un hotel de Barcelona.

Rodeado de periodistas, en una mesa rectangular, el autor de Sant Adrià de Besòs confiesa que este nuevo libro es un homenaje a muchos de sus amigos. Varios de ellos muertos pero que él decide resucitar en las 272 páginas, como personajes,  para “vivir cosas delirantes”, que le hubiera gustado compartir con ellos en vida.

Tapa de ‘La noche fenomenal’, de editorial Anagrama. / Foto: Wolframio Caballero

“Es una historia con la base de las novelas de caballería, que cuenta la historia de una pandilla que investiga cosas paranormales… y que termina, ¡como no!, en Sant Adrià, que es el centro del mundo”.  Desparpajado. Frenético. Disparatado. El pulp hecho cuerpo. Lo popular hecho voz. Pérez Andujar se muestra como es. Sin aspavientos o cortinas de humo que lo desfiguren y lo intenten definir como un “intelectual”, que está por encima de todos.

De ese mundo “Perezandujariano”, que es él mismo, es fácil resaltar doce  frases que aún se oyen en ese hotel del Passeig de Gràcia, en Barcelona:

1. “El estilo es la manera de  ser”.
2. “Está bien inventarse personajes para que hagan lo que tú no harías en la vida”.
3. “Escribo de parapsicolgía para no dedicarme a ella”.
4. “Tomo la iconografía de los años 70 y la utilizo como elemento literario”.
5. “Mi trabajo es convertir material popular en metáforas literarias”.
6.  “La literatura te salva por la ficción”.
7.  “He decidido escribir ficción para escapar de mí, pero estoy atrapado”.
8.  “Lo que me gusta de la política es su condición humana”.
9.  “Es muy difícil escribir sin referirte a los que has leído”.
10. “Escribir es el pretexto para seguir leyendo”.
11. “El conocimiento está para conocerlo, para desafiarlo”.
12. “Me encanta estar a favor de los que no pueden ganar”.

Pérez Andújar: “Si trabajo en lo profundo no acierto, soy más un escritor en lo superficial”. / Foto: Wolframio Caballero

Crimen en la ‘James Carpenter Library’

 

 

 

 

 

 


Mi favorito era Silver Kane.
No recuerdo un título en especial. Y mucho menos una historia, pero el solo hecho de ver ese nombre en una portada de un libro de bolsillo daba para que me metiera de lleno en cientos de páginas amarillentas (¿o eran ocres?), en la que el héroe de turno, a caballo o vestido de corbata y americana, trataba de dilucidar un crimen. Una matanza. Eran funambulistas que caminaban por el hilo de lo moral y lo ético.


Entonces, lo políticamente correcto no existía. Patrañas. De esa manera intentaban hacer justicia en calles y desiertos sin rastro de ella. Historias de hombres duros, con el polvo como piel, y mujeres voluptuosas, llenas de curvas por doquier. Historias de asesinos. Relatos de sangre. Historias de balas que salían disparadas por homicidas sin rostro. Fuego cruzado en el que ni siquiera el lector quedaba ileso. Indemne. Condenado, tenía que ir a por más. Siempre. Buscar otro pequeño libro de lo que los estudiosos llaman literatura pulp. Bolsilibros. Matarían por ellos.

Claro, también había otras historias firmadas por Curtis Garland, Frank Caudett, Peter Debry, Keith Luger, Lou Cardigan o Duncan M. Cody. A punta de azotar el teclado de viejas máquinas de escribir Olivetti, cada uno de esos autores, que es lo mismo decir: Juan Gallardo, Francisco Caudett, Pedro Víctor Debrigode, Miguel Oliveros o Antonio Vera Ramírez, pasaron de las mil novelas. Dos mil. Tres mil.

Escribían a destajo.  Malpagados. Noche y día. Día y noche. Casi sufrían lo mismo o más que los personajes a los que daban vida. O muerte. Era difícil que sobrevivieran a su propia historia. A su propia imaginación, pero lo lograban. Triunfaban, a su modo, ante el destino. Ante el peligro. Ante Bruguera. Esa mítica editorial que los lanzó a la fama y que, al tiempo, los esclavizó.

Por estos días, en Barcelona, una pequeña exposición (¿de qué otro tamaño podría ser?) les rinde homenaje. Caminar por esa sala de la biblioteca Jaume Fuster (Está abierta hasta el 21 de marzo), que en este caso sería “James Carpenter Library”, es volver a la escena del crimen, para sentir ese vértigo del delito hecho relato y esa emoción de pasar las páginas amarillentas (¿o eran ocres?), de una novela firmada por Garland, Caudett, Cody, Debry, Luger o el mismo Silver Kane, que es lo mismo decir Francisco González Ledesma. Mi favorito.

La despedida de la Liga de Fútbol Profesional de España

Logo oficial de la Liga de Fútbol Profesional de España. / Imagen: www.laliga.es


Se terminó la Liga
de Fútbol Profesional de España. LFP por su sigla de identidad para vender al exterior. LaLiga. Su marca de competencia frente a la Premier League, la Serie A, la Ligue 1 o la Bundesliga. Finalizaron las 38 jornadas de la temporada 2017-2018 que dejaron como campeón a un claro y muy superior F.C. Barcelona. Se terminó una Liga que se hizo larga. No por la ventaja y el claro dominio de los azulgranas frente a los demás equipos, sino porque al cierre, con tantas despedidas y “pasillo no, pasillo sí”, no se veía el final.

Se despidió Andrés Iniesta. Se irá con sus vinos manchuelos al fútbol japonés, al chino, al catarí, al australiano o terminará jugando pachangas con Ronaldinho y demás en el Barça Legends. Fernando Torres dijo adiós al Atlético Madrid. Torres, que no es tan niño, escribió en su carta: “Gracias por tanto y perdón por tan poco”. Tiene 34 años. Los mismos que Iniesta. Los dos campeones de Europa y del Mundial con ‘La Roja’. Es el fútbol. La vida. Un viejo conocido de Torres: Rafa Benítez, y que ya lo tuvo en el Liverpool y Chelsea, lo quiere en el Newcastle. It is true, Rafa?

Otro que se marchó fue Xabi Prieto. El 10 de las últimas 15 temporadas en la Real Sociedad. El 10 que tentó un par de veces el poderoso vecino, el Athletic Club, pero pudo más la fidelidad. Vaya cosa más extraña en el fútbol. No lo digo con el ánimo de torpedear matrimonios. Xabi, con be, también forma parte del club de los 34 años. Su equipo diseñó una camiseta especial para su último partido, contra el Leganés, en Anoeta. El escudo se transformó en otro con su cara. Metonimia futbolera. Fútbol para coleccionistas.

Iniesta y Xabi, con be, se  abrazaron en el último partido de los dos como profesionales en el Camp Nou. Intercambiaron besos, recuerdos y placas. Uno cuelga las botas. Más pronto que tarde quizás lo veamos en el banquillo, dirigiendo a los de Anoeta. El otro, Iniesta tiene que ingresar dinero para seguir con sus vinos. Se sacará el certificado como entrenador pero será extraño verlo dirigiendo un equipo como míster. Tiene más de maestro de vino que de fútbol, sabiendo más de lo segundo que de lo primero.

Otro que se despidió fue el árbitro David Sánchez Borbalán. Después de 32 años, el almeriense dejó el pito. No hubo ruido ni muchas páginas ni hagiografías. Ser árbitro no vende en un país sin justicia. Solo lo acompañó y aplaudió su familia en San Mamés durante el  Athletic Club-R.C.D. Espanyol.

Otro Xavi, Hernández, se emocionó y lloró en la despedida de Iniesta. Ya hemos perdido la cuenta de cuántas se le han hecho. No más, por favor. “Iniesta: ¡vete ya!”. Se bajó el telón de la Liga de Fútbol Profesional 2017-2018. Liga en la que el Real Madrid desempeñó el trabajo de un doble en una película de acción. Estuvo allí para las escenas peligrosas pero no mostró su cara. Ni siquiera le tocó el papel de extra sin parlamento. Todas las castañas las puso al fuego en la Champions League. Los merengues se jugarán todo al 26-M. Ya veremos si le sale bien. Si no… ¿Bon voyage, Zidane? Se acabó la Liga. Nos queda Rusia 2018. Que es lo mismo decir, la despedida mundial de Iniesta. Otra más.

Batman: “Superman es un héroe del pasado, ¡yo soy el superhéroe del presente!”

BatmanA

Cuenta la leyenda que a la salida de un teatro, caminando por un callejón oscuro de Ciudad Gótica, un maleante de poca monta asaltó a la familia Wayne o Díaz. El apellido depende de la latitud en que se encuentre el lector. La familia Wayne (o Díaz) entonces estaba compuesta por una pareja, Thomas y Martha, y su hijo.

Cuenta esa misma leyenda que, en medio del robo, el ladrón, Joe Chill -o los dos o tres ladrones, las versiones de la prensa nunca fueron exactas, como en el asesinato de Kennedy-, revólver en mano, hirió sin misericordia a la pareja, cuya muerte fue inmediata a los ojos del pequeño Bruce o Bruno. El nombre también depende de la latitud en que se encuentre el lector.

Remata esa leyenda diciendo que ese pequeño creció, heredó las cuentas bancarias de sus padres, el mismo mayordomo (Alfred), y las propiedades de finca raíz de la familia. Se hizo hombre, multimillonario, filántropo, y se convirtió en un murciélago humano para vengar la muerte de sus progenitores y erradicar de una vez por todas la maldad, el crimen y la injusticia de esa ciudad que llaman Gótica y que se parece tanto al mundo en que vivimos.

La leyenda se extendió y narra que ese niño, que se hizo adulto, vestido de mallas grises, capa oscura, a juego con el tono de las mallas, y una especie de casco antifaz con orejas puntiagudas, se dio a conocer al mundo como Batman, fruto del trabajo entre el artista Bob Kane y el escritor Bill Finger. Fue en el número 27 de la revista Detective Comics de 1939. Ante tanta personalidad y oscuridad, el personaje se independizó y logró tener sus propias aventuras en la revista del mismo nombre, Batman, en la primavera de 1940.

De esa manera, el enmascarado que le disputa el liderazgo a Superman, en la Liga de la Justicia, tiene hoy 76 años y sigue tan tranquilo. Va y viene por el mundo. En uno de esos viajes, lo encontré en la puerta de un quiosco, en el 33º Salón del Cómic de Barcelona. “Esta clase de trabajos, tipo cameos o bolos, me vienen bien porque rebajan la tensión de los rodajes y me acercan a la gente. Muchos no saben que soy el verdadero Batman y me toman por un simple guardia de seguridad, así puedo palpar lo que pasa en realidad en el mundo”, dice el caballero oscuro, con una voz ronca y gruesa que sale de su boca. Y que de cuando en vez, antes de responder, suelta al piso un escupitajo. ¡Puaj!

BatmanB

Señor Wayne (Díaz), perdón, Batman, a pesar de su edad lo noto bastante bien, músculos marcados y un físico que le envidiaría cualquier tipo de 30 o 40 años…
¡Puaj! Voy al mismo gimnasio que van Arnold (Schwarzeneger) y Sly (Stallone), hacemos algo de pesas y piernas, pero no se equivoque una cosa es lo que ve y otra cosa lo que somos. Ya tenemos una edad y hay que cuidarse. Tomo las mismas cosas que ellos, no piense en Lance Armstrong, solo productos naturales y eso nos mantiene en forma.

Señor Wayne (Díaz), perdón, Batman, comencemos por el principio, ¿Si Joe Chill no hubiera matado a sus padres, qué sería de Bruce (Bruno) en la actualidad?
Esa pregunta es peligrosa porque pone en juego mi identidad secreta, pero no importa, a un periodista no se le puede mentir. Y menos si el que responde es Batman, o sea yo. Mire, joven, esa cuestión llega a mi cabeza todas las noches cuando voy a la cama. Por mi edad, duermo poco y siempre pienso en ello al tomarme un agua de tila. Mi padre, Thomas, me comenzó a educar para que fuera como él, un político para ayudar a la sociedad. Pero él quería que yo fuera más ambicioso y saliera de Gótica. Su sueño era que yo hiciera carrera de senador en el Congreso y luego, quizás, aspirar a la presidencia del Estado. Teníamos todo lo que un político necesita para conseguir eso…

Claro, la educación, inteligencia y sensatez que lo caracterizan a usted…
¡Puaj! ¡Patrañas! Teníamos dinero y eso es lo único que necesita cualquier candidato para ser presidente de cualquier país en el mundo. Mire a Donald (Trump). Pero voy a la respuesta, disculpe usted, joven, tengo problemas de digresión, mi médico me ha dicho que estudié un idioma tan difícil como el alemán para fortalecer la memoria y no caer en la sombra del Alzheimer. ¿En qué estábamos?

¿Qué hubiera sido de usted de no presentarse el asesinato de sus padres?
¡Ah sí! Político, seguro; presidente, quizás. Al final tal vez hubiera terminado siendo como ese chico, ¿cómo se llama el de los ordenadores? ¡Ah sí! Bill Gates.

Claro, por su afición a esas máquinas, hubiera sido un empresario del sector…
¡Paf!, -hace con su mano como si intentará pegarme una bofetada y reproduce la onomatopeya con su boca-. No, muchacho, sería lo que soy en la serie, pero sin la capa y el antifaz, un filántropo. Eso sí muy mayor, como Bill (Gates), George (Soros) o Gordon (Moore). Pero no daría calderilla como ellos, donaría dinero de verdad.

(Aquí hay que hacer un inciso: de Bill Gates, fundador de Microsoft, se dice que ha dado cerca de 28 mil millones de dólares en apoyo a universidades, proyectos científicos e investigaciones para combatir enfermedades. De George Soros, inversionista de origen húngaro, se cuenta que ha donado 7 mil 200 millones en apoyo a causas sociales.
Y de Gordon Moore, creador de Intel, se cuenta que sus donaciones a la capacitación del personal que trabaja en el campo de la salud y el desarrollo de las investigaciones científicas ascienden a los 6 mil 800 millones de dólares).

BatmanC

Volvamos al comienzo, en uno de los relatos se dice que Joe Chill es hijo de Alice Chilton, mujer que cuidó de usted de pequeño. Chill (ese sería su alías en el mundo del crimen) asesinó a sus padres en venganza al maltrato o al no pago de unos dineros por la liquidación de ella como empleada. ¿Qué sabe de esto?
¡Pamplinas! Eso fueron versiones publicadas en el Daily Planet. Clark Kent siempre utilizó su poder de influencia con el editor de ese periódico, Perry White, para escribir lo que se le daba la gana. Superman es de acero, pero su verdadero y más fuerte poder es que tiene un periodista dentro de él y así la prensa está en su favor. Kent es su relacionista público. Gracias a eso, redactó artículos que insinuaron esa idea, pero no es verdad. Alice sí trabajó con nosotros. La recuerdo como una señora bondadosa y muy tierna, pero su hijo era un adolescente incorregible. Y claro, lo que pasó esa noche fue resultado de eso y de la droga a la que se hizo adicto. ¡Pobre chico! ¿Me puedo sentar? Es que las rodillas ya no resisten el peso del traje y la capa.

Sí, claro, adelante, señor Batman. Su lío con Superman lo dejamos para más adelante. Otra versión dice que su padre, como candidato a la Alcaldía de Ciudad Gótica, tendría en esos momentos nexos con la mafia, que lo aupó a esa aspiración, pero luego él quiso deshacer esa relación, y que Chill sólo apretó el gatillo, pero los autores intelectuales fueron otros. ¿El asesinato de sus padres fue una conspiración?
No sé, ha pasado mucho tiempo y no se ha podido comprobar, pero que hubo “bala mágica”, como en el asesinato de Kennedy, de eso estoy seguro. Ello me llevó a pensar que Chill, esa noche en el callejón, como Oswald, en Dallas, no actuaron solos. De todas maneras, espero aclararlo algún día, quizás contacte con los MythBusters (Los cazadores de mitos) para hacerlo. Eso sí es investigación profesional y efectiva, tal vez el gobierno de Estados Unidos deba contratarlos para definir de una vez por todas quién o quiénes mataron a Kennedy. Y si solicitan que investiguen el asesinato de Lincoln, quizás les hagan rebaja de dos por uno.

Su historia es una bola de nieve que ha crecido por el odio y la venganza. Chill mata a sus padres, usted se venga de él, luego el hijo de Chill quiere vengarse y así sucesivamente. ¿No estaría bien dejarlo ya?
Joven, usted está aquí para preguntar o para juzgar. Y para serle sincero, esos dos sentimientos mueven más la humanidad que cualquier otro. Dígame, ¿qué sería de Israel y Palestina sin odio y venganza? Un simple conflicto de tierras que no ocuparía nunca un titular de primera página.

Después de todos estos años en el negocio, ¿cómo ha sobrevivido un superhéroe como usted sin superpoderes?
Con el más fuerte de los superpoderes que hay en este mundo, joven: el dinero y las influencias.

Dicen sus críticos que usted tiene envidia de que Superman pueda volar y usted no… ¿qué opina?
¡Puaj! No me interesa eso, ¡yo la tengo más larga! Claro, hablo de la capa, para evitar malentendidos.

BatmanD

En 1940, usted coincidió con Superman en la nueva serie ‘World’s Finest Comics’, de Nacional Publications, ¿qué recuerda de entonces?
Hace ya tanto tiempo, éramos dos jóvenes que nos queríamos comer el mundo. Muchos se burlaron de nosotros porque íbamos de mallas y capa, a mí eso me intimidaba, pero Superman, que ya tenía experiencia en el negocio, me dio seguridad para seguir adelante. Fueron los mejores años de nuestras carreras. Luego aparecería la Mujer Maravilla y la Liga de la Justicia, y eso resquebrajo nuestra relación.

¿Qué sucedió?
Lo normal, muchacho, éramos dos machos alfa, como García Márquez y Vargas Llosa, que queríamos aparearnos con todas y pelearnos por ser el líder de la manada. Una vez, Superman me descubrió en el avión invisible de la Mujer Maravilla y aunque ellos dos no tenían nada, sólo había un deseo platónico de parte de él hacia ella, al ver lo que pasaba hubo una discusión que llegó a los golpes. Yo la tenía amarrada con el lazo mágico de ella y estaba a punto de hacerle sentir maravillas, pero ese chico lo impidió. Peleamos y sólo el rápido movimiento de Flash impidió que pasara algo grave. Luego, la Liga de la Justicia se dividió en dos bandos: “supermanistas” y “batmanistas”. Así ha sido desde entonces. Es algo irreconciliable.

Algunos estudios argumentan que Superman es más popular, pero hay mediciones extraoficiales que se pueden hacer hoy en día y ver lo contrario. Por ejemplo, en Twitter (@Batman), usted tiene 125.293 seguidores, mientras el hombre de acero (@SupermanTweets) llega a 71.290. En Facebook, como figuras públicas, Batman tiene 13.281.293 fanáticos y Superman, 7.343.862. ¿Qué opinión le merece?
Demuestra que los tiempos cambian y los gustos por los superhéroes también. Y eso que por la edad, ninguno de los dos está muy interesado en eso de estar comunicado directamente con los fans. Eso quita mucho tiempo. En mi opinión, Superman sigue en el pasado, es inocente y plano. Lo único que haría realzar su historia es una película porno en la que se vea a Luisa teniendo sexo con él y que Lex Luthor trate de impedirlo a punta de kryptonita. Eso le gustaría al público. Por el contrario, el planteamiento de mis aventuras es más oscuro. Eso llama más atención de la gente. Superman es un héroe del pasado, yo soy el superhéroe del presente.

¿Qué tal está el negocio de ser superhéroe hoy en día? ¿Vale la pena serlo?
¡Puaj! No está mal, no hay la crisis de los 50 que casi acaba con todos, pero tampoco es que esté tan bien. Hoy en día cualquiera puede ser un héroe y eso le quita emoción y dinero a muchos. Hace un par de años, en Estados Unidos, por iniciativa de Lee (Falk), se creo un reality show para escoger a los nuevos superhéroes. Seguí la primera temporada, ganó Feedback, un chico que encarnaba bien lo de ser un superhombre pero, como el buen vino, los superhéroes no se dan de la noche a la mañana, les falta tiempo y maduración. La segunda temporada ya no la vi. Luego, ya no lo hicieron más. No entiendo cómo en España han visto dieciséis temporadas de Gran Hermano con Mercedes Milla. Eso dice mucho de este país donde no reina Felipe VI sino las marujas y el cotilleo.

BatmanE

Ya que toca a España, usted rodó en Barcelona, en 2009, previo acuerdo de DC comics y Planeta de Agostini, con guión de Mark Waid y dibujo de Diego Olmos, ‘Batman-Barcelona: El caballero del dragón’. Un cómic de 48 páginas que fue catalogado por la crítica de este país como “una aventura simplona, que ocurre en Barcelona, pero pudo haber pasado en cualquier ciudad, el escenario es completamente insustancial y la historia es plana”. ¿Qué dice?
¡Puaj! Mire joven, fue un éxito, se vendieron millones de ejemplares, tanto en Estados Unidos como en Europa. Y lo que digan aquí, me tiene sin cuidado. Rodamos en Barcelona, porque una vez nos encontramos con Woody (Allen), después de uno de sus conciertos de clarinete en la Casa Fuster y nos recomendó que la ciudad era la mejor para hacer una obra de esta magnitud. Que por dinero no nos preocupáramos, que el Ayuntamiento subvencionaba cualquier cosa que vendiera la ciudad al mundo. No importaba de qué fuera la historia o si el guión era bueno o malo, lo importante era mostrar a Barcelona, como el lo hizo con Vicky Cristina y salir de aquí con los bolsillos llenos. Además esa portada, en la que estoy con la Sagrada Familia detrás, quedó muy bien y yo salgo muy guapo.

Otra polémica que siempre lo ha envuelto a usted es su relación con su aprendiz, Robín. De hecho, en 1954, el psiquiatra Fredric Wertham afirmó en su libro ‘Seduction of the Innocent’ que: “sus historias son psicológicamente homosexuales y que podían incitar a los niños hacía las fantasías homosexuales, de una forma de la que serían inconscientes”. ¿Qué puede decir ante esto?
¡Puaj! A Robin y a mí nos une algo muy fuerte: los dos perdimos a nuestros padres en similares circunstancias. A los suyos los mató un tal Tony Zucco, cuando presentaban su espectáculo The Flyings Graysons en el circo. Desde entonces, supe que sería un gran apoyo, lo entrené para que ser lo que es hoy: un superhéroe independiente. Siempre ha sido un hermano menor para mí. ¡Puaj! Lo que digan psicólogos, psiquiatras o psicópatas, por muy expertos y estudiosos que sean, me la suda. Que vengan, si se atreven, a mi Baticueva y ahí les demostraré el hombre que hay debajo de la capa y el traje para que dejen de tanto estudio y tantas patrañas. Si no tienen valor, entonces que solo le pregunten a Gatúbela.

De las ocho películas, si no estoy mal, que se han hecho sobre usted, ¿cuál es la que más le ha gustado y cuál es el actor que mejor lo ha interpretado en el cine?
Las que dirigió Tim (Burton) me gustaron, supo administrar ese tono oscuro y gótico muy propio de su estilo, pero no estuve de acuerdo con Michael Keaton. Lo sentí demasiado blando. Recuerdo una anécdota, yo los asesoré para darle más realismo al personaje. Estábamos trabajando Michael, Jack (Nicholson) y Tim sobre cómo debía interpretarme Keaton. Y éste dijo que lo quería hacer con todas las emociones del caso. Entonces, Jack (Nicholson) tomó la palabra y le dijo: “Tranquilo, muchacho, sólo deja que el disfraz hable y serás Batman”.
En la que dirigió Joel Schumacher, (Batman Forever, 1995) con Val Kilmer en el papel, me gustó que Val le metió esa actitud roquera y rebelde que le quedó de encarnar a Jim Morrison en The Doors. Viéndole, pensé que Batman moriría en París y sería enterrado en Père Lachaise. ¡Puaj! La peor sin duda, y eso se reflejó en la taquilla, fue la que hizo George (Clooney) en Batman y Robín (1997). Ni hablar. Y las interpretación de Christian Bale, en las últimas tres, me ha parecido que es muy flaca, sigo viéndolo como Trevor Reznik y sus problemas sicóticos de El maquinista.

Se le olvida uno muy importante…
¿Quién?

¡Adam West! Que saltó de la serie de TV de los 60 para protagonizar la primera película, en 1966…
¡Puaj! Claro que no, joven, lo quise dejar de último para decir que ese es el Batman más cercano al real que yo he visto. Humano, de costumbres intachables, educado, de buen humor, mitad cómic, mitad caricatura. Nada grotesco, bien podía pasar por un pusilánime o zopenco pero es que así son los héroes, no necesitan más sino la inteligencia para salir de cualquier problema. Además, eso de las onomatopeyas: Pam! Pow! Ouch! Bam! Le dio un aire superlativo. Le cuento otra anécdota, cuando se supo que se iba a hacer Batman con Michael Keaton, a los estudios de Warner, en Los Ángeles, llegaron miles de cartas de fanáticos rogando que el protagonista fuera Adam (West). Luego, nos daríamos cuenta que todas esas cartas las había escrito el mismo actor. Esa es la sagacidad del verdadero Batman.

BatmanF

Y ¿cuál es el villano que le toma más trabajo enfrentar?
¡Puaj! Gatúbela mueve esa cola y saca de concentración a cualquiera. El Capitán frío te deja de esa temperatura, Hiedra es muy venenosa, Pingüino es corto de ideas, Joker es un bromista, el Dos Caras es ambiguo y esquizofrénico, pero sin duda el más difícil de vencer es el Enigma (Acertijo), es que es una verdadera incógnita.

¿Qué tanto tiene usted de murciélago?
Lo mamífero.

¿Pero ellos pueden volar y usted no?
¡Puaj! Y dale con eso, el no poder hacerlo no me limita como superhéroe. Tengo otras habilidades que exploto y les saco más provecho. Eso me hace distinto a otros superhéroes voladores.

Un estudio de la aerodinámica de su capa, hecho por los estudiantes de Física de la Universidad de Leicester, con motivo del estreno de su más reciente película, publicado en el ‘Journal of Special Physics Topics’, afirma que ésta le permitiría planear con soltura desde un edificio, pero que un aterrizaje fatal sería inevitable y usted moriría al estrellarse contra el suelo, como si lo atropellara un coche que va a más de 80 kilómetros por hora. ¿Qué dice frente a este estudio?
¡Puaj! Nadie es perfecto. Ni siquiera los superhéroes lo somos.

La conclusión del mismo estudio recomienda que usted utilice paracaídas. ¿Es posible?
¡Nunca! Sería rebajarle la tensión al personaje. Lo volvería un señorito andaluz.

BatmanG

Imposible hablar con usted y no tocar el tema de ‘The Dark Knight Rises’ (2012), la película más reciente de Batman, y el asesinato de 12 personas en la noche de su estreno en Denver (EE.UU.), por parte de James Holmes, que iba disfrazado de usted…
¡Puaj! Mire, joven, allí hay algo muy sospechoso. Sin querer acusar ni ofender a nadie, ¿no le recuerda a alguien muy conocido la cara de ese Holmes?

No…
El pelo rojo, las pecas, la mirada perdida, ¿no le dicen nada? Vístalo con una camisa, la pajarita y cuélguele una cámara fotográfica al cuello y es el mismo Jaime Olsen. Eso fue un ataque de los “supermanistas”, vestidos como yo, para quitarme popularidad ante las audiencias. De James Holmes a Jaime Olsen no hay mucha diferencia.

Esa es una acusación grave…
¡Puaj! Ve, ni usted, joven, me cree. El mundo está tan “supermanizado” que no ven con objetividad las cosas. Todos creen que Superman es un buenazo, pero no saben que debajo de esa capa hay un fascista reprimido. Un tipo peligroso que está cerrado al progreso por su conservadurismo rural.

¿Y usted como se considera?
Un ateísta científico.

Algunos ven en este enfrentamiento, la típica lucha de clases. Usted: millonario, con buena educación, cosmopolita, dueño de mansiones, soltero deseado, atleta, inteligente; y él: criado en el campo, padres adoptivos mayores y conservadores, lo ven como un campesino que emigra a la ciudad y consigue un trabajo de periodista a sueldo para poder mantenerse, un obrero…
¡Puaj! Todo eso lo ha alimentado él, desde la prensa. Pero sabe una cosa, puede que yo no vuele y no tenga visión de rayos equis ni sea más fuerte que una locomotora y más rápido que un avión, pero hay una cosa que yo tengo y él no tiene y sé, por terceros, que daría todo por tenerlo.

¿Qué?
Mi batimóvil. Lo que todo hombre quiere en la vida: un auto guapo y grande, muy veloz, sofisticado y con toda la tecnología de punta. ¡Ah! Y que atrae y vuelve locas a las mujeres. Todas las mujeres sueñan con mi batimóvil. ¡Puaj!

BatmanH

 

 

 

 

El doctor del fútbol

Un colombiano se dio a la tarea de investigar las raíces y el desarrollo de las letras iberoamericanas sobre el deporte más popular en el mundo. Como resultado, entre novela, cuento y poesía, encontró 110 libros que analiza en su tesis doctoral ‘Literatura y fútbol: otros horizontes de la literatura en España e Hispanoamérica’, presentada en la Universidad Autónoma de Barcelona.

Lucho

Se llama Luis Alejandro Díaz Zuluaga y puedo asegurar, sin temor a equivocarme, que es el único doctor especialista en literatura y fútbol que tiene Colombia. Y, claro, como tantos otros investigadores, Díaz Zuluaga es otro científico social -cerebro fugado, dirían algunos- que se labra su futuro fuera de ese país.

Nacido en Bogotá un 1 de febrero de 1978 y con una licenciatura en Literatura de la Universidad Javeriana, este furibundo hincha de Millonarios hace cinco años aterrizó en España. Primero, en Madrid. Ciudad en la que hizo un máster en Filología hispánica, en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, (CSIC), que se puede considerar el primer tiempo de su trabajo académico. Actualmente vive en Barcelona. A la capital de Cataluña vino para seguir sus estudios, en forma de doctorado, en la Universidad Autónoma de Barcelona, y disputar el segundo tiempo de ese partido personal que lo enfrenta con el tema de la literatura y el fútbol.

Después de siete años de investigación, Díaz Zuluaga presentó su tesis Literatura y fútbol: otros horizontes de la literatura en España e Hispanoamérica, dirigida por el escritor, periodista y profesor español Fernando Valls, ante un jurado que le dio el aprobado para alcanzar el título de doctor. En este partido no hubo necesidad de alargue ni mucho menos de definición con tiros desde el punto penal. Lo suyo fue una victoria por goleada. En Barcelona, en un estadio de fútbol, el Nou Sardenya de Gràcia, hablé con él sobre su tema de investigación: la pelota y las letras.

PelotaLiteratura

¿Cuándo y por qué decidió hacer una investigación de doctorado sobre el fútbol en la literatura hispánica?
Cuando leí los primeros cuentos de fútbol que conocí, que fueron los de Osvaldo Soriano, vi que ahí había un campo de investigación que me interesaba mucho. Pensé que sería suficiente con una tesis de maestría, pero fue apareciendo mucha bibliografía y no tuve más remedio que meterme en un doctorado para poder tener un conocimiento real del tema.

Si se puede hablar de una relación, ¿qué tipo de relación tienen el fútbol y la literatura?
Creo que tienen una relación simbólica, es decir, ficcional, de mentiras, de juego, de ilusión. Por eso pueden darse la mano sin problema.

¿Cuál es la obra más antigua que encontró?
En español, el cuento de Horacio Quiroga: Juan Pólit-Half Back. Supongo que en el mundo anglosajón debe haber algo del siglo XIX. De hecho hay rastros en Shakespeare y en el Popol Vuh. Sin embargo, allí se habla de deportes muy parecidos al fútbol que no son el que nosotros jugamos. Sobre este fútbol moderno, por llamarlo de alguna manera, el primer cuento en español es el de Quiroga.

¿Cuál es la más reciente?
Mercado de invierno, de Philip Kerr, en el mundo anglosajón.

¿Y en el mundo hispánico?
Creo que La inmensa minoría, de Miguel Ángel Ortiz, publicada por Random House.

¿Cuántos libros componen su investigación?
Ciento diez libros entre novelas, cuentos y poseía. Además de algunos de crónicas y unos pocos de teoría.

De acuerdo con su criterio ¿cuál es el más extraño? ¿Cómo lo encontró?
Hay dos libros inesperados: Uno de cuentos de fútbol cubano, -donde el fútbol no representa ningún interés más allá de seguir por TV ligas europeas-, y una antología de textos literarios sobre fútbol hecha en Honduras por una mujer.

¿Cuáles son los títulos de esos libros?
Cábalas y amuletos, de Ariel Lunar; y La garra catracha, de Helen Umaña.

Catracha

Su investigación comprende la literatura hispánica en cuanto al fútbol desde géneros como la novela, el cuento y la poesía, si le tocará escoger un poema de los encontrados en su investigación para hacer enamorar a alguien de la pelota, ¿cuál escogería y por qué?
No escogería nada de literatura. Le regalaría una pelota y lo acompañaría a un parque a patear penaltis, o lo invitaría a ver una repetición de la final de la Champions entre el Liverpool y el Milan del 2005. Ahora, si el gancho fuera por medio de la literatura con un cuento de Roberto Fontanarrosa sería suficiente. Pero si fuera por medio de la poesía, hay muchos versos con imágenes preciosas en Parra del Riego, o en Canal Feijoó. Pero hay un poema de Blanca Varela titulado: Fútbol. Es la vida.

¿Cómo dice ese poema?
Juega con la tierra / como con una pelota / báilala / estréllala / reviéntala / no es sino eso la tierra / tú en el jardín / mi guardavalla mi espantapájaro / mi atila mi niño / la tierra entre tus pies / gira como nunca / prodigiosamente bella. Es más que una invitación a pensar con los pies, es la certeza de que hay quienes tratamos el mundo a las patadas.

¿Es factible considerar a la literatura del fútbol en español como un subgénero de la literatura?
Es arriesgado. Es atrevido. No creo que sea un subgénero. Creo que es más bien un tema con mucho mercado actualmente y por eso las editoriales piden a sus escritores novelas sobre fútbol.

Hay autores consagrados que dicen que del fútbol es difícil escribir una novela porque el fútbol es épico en su momento, el instante es que es jugado, y recontarlo es imposible. Es decir que no vale una segunda narración, porque lo que estamos viendo ya es y lo demás es tratar de condensar lo imposible… ¿Usted que dice frente a esto?
El problema de escribir una novela sobre fútbol es que se piensa que el éxito está en narrar partidos literariamente. Esto hace que siempre se terminen escribiendo historias que apenas tienen el fútbol como excusa para profundizar otros temas ya que eso le resulta más cómodo y viable al autor. Eso sí, siempre con algún partido de fondo. Pero la cosa es más sencilla de lo que parece: una novela sobre fútbol debe contar una historia en la que la pasión por el fútbol sea el hilo narrativo, en el que una visión de mundo condicionada por la pasión por este deporte altere, incida, influya, marque y explique la vida de un individuo. Incluso no sería necesario un partido de fútbol en sí, sino la ilusión constante de vivir como si la vida fuera un partido de fútbol.

¿Por qué muchas de las novelas de fútbol decantan hacía historias del tipo de la novela negra: muertos, corrupción, detectives que investigan casos?
Las mafias y el mundo oscuro del espionaje y las conspiraciones siempre han estado muy cerca del fútbol. Y esto, teniendo como base lo dicho anteriormente, le facilita al autor “escribir una novela sobre fútbol” aprovechando que hoy en día interesan y venden mucho las ficciones narrativas sobre intrigas. En este caso, el fútbol es apenas un pretexto ya que no son novelas futboleras ni mucho menos.

DelanteroCentro

De acuerdo con su criterio ¿cómo debería ser o en qué debería centrarse una novela de fútbol para ser eso, una buena novela de fútbol?
Una novela de fútbol -eso de buena o mala es un juicio de valor hermenéutico- debe ofrecer la posibilidad de que el lector logre reconocer los elementos por medio de los cuales una persona puede llegar a perder la cabeza -me refiero a darle un vuelco total a su vida, o a empezar a tomar decisiones trascendentales para su vida a la luz del fútbol-, ante la presencia de una pelota de fútbol en su vida. Es eso. Es más: debería también tener las claves a propósito de qué es o de qué elementos está hecha una pelota de fútbol a sabiendas de que una vez llega al pie del hombre, es capaz de robar toda su atención haciéndolo víctima de una situación de juego ficcional, que luego puede llegar a trasladarse a la vida diaria en la mente de ese hombre.

¿Hay futuro para la literatura de fútbol? Más allá de los que se ve cada cuatro años en tiempo de Mundial.
Yo creo que sí. Hay novelas y cuentos muy interesantes que han llamado la atención frente al hecho de que todavía no sabemos qué es lo que nos embruja del fútbol.

Si se hiciera un triangular de literatura de fútbol entre la poesía, el cuento y la novela, ¿cuál saldría ganando? La pregunta va encaminada a qué se escribe más: poesía, cuento o novela de fútbol.
Se publican más novelas, se escriben más cuentos, pero la poesía es el mejor lugar para poder hacerse a una idea de lo que puede ser el fútbol: un universo poético cargado de símbolos y de reglas capaces de dotar a los jugadores de una épica, una tragedia, un drama o una comedia en la que se juega a ganar intentando controlar con los pies un elemento redondo celoso y arisco.

¿Qué autores recomienda para el lector que se acerca por primera vez a este, digamos, subgénero literario?
A mí me gusta mucho leer crónicas. Pero no crónicas de partidos ni mucho menos sino crónicas en las que alguien reflexiona el porqué de lo que pasa en el terreno de juego, interpretando eso a la luz de un contexto social. Puede sonar inútil y contradictorio frente a lo dicho anteriormente. Pero lo que realmente tiene de valioso una crónica es que intenta explicarse a sí misma el porqué de la locura social y deportiva ante el fútbol. Un ejemplo: Enric González. La crónica puede ser una puerta de entrada.

¿Usted jugó o juega al fútbol? ¿Qué posición hacía? Como escritor y futbolista aficionado, ¿qué es más difícil escribir sobre fútbol, bien sea novela, cuento o poesía, o anotar un gol en un partido?
Jugué fútbol desde muy niño. Era mi vida. Quise ser futbolista pero tuve lesiones y ahí se acabo todo. Jugaba de delantero. Creo que es más difícil anotar un gol por toda la dificultad que tiene el juego con rivales y con una pelota en disputa. Además, no he intentado todavía escribir sobre fútbol pero creo que también puede ser muy difícil si no hay pasión. Quien juega al fútbol es un apasionado.

¿Y quién escribe literatura de fútbol?
¡Un soñador!

LITPEL-7

(Haz clic en el enlace o en la imagen,
abajo, 
para ver la historia  en .pdf)
Publicado en el periódico EL TIEMPO, 3 de junio de 2015

doctorELTIEMPO-1

La primera dama del Barcelona

Desde la suite 2507 del hotel W se ve el Mediterráneo que se mece suavemente sobre las playas de Barcelona. El espacio es un compendio de tres dormitorios de grandes ventanales, cada uno con baño, que suman trescientos metros cuadrados. En la habitación más grande, con comedor para seis personas, sala, cocina, cafetera espresso Francis Francis Illy, vinoteca climatizada, tina independiente, jacuzzi y una vista al mar de 180 grados, es la cita con Shakira Isabel Mebarak Ripoll, para hablar de su disco, de su carrera, de su familia y de… ¿sus aspiraciones políticas en el F.C. Barcelona?

primera_dama

(Haz clic en la imagen, arriba, o en el enlace, abajo,
para leer la historia completa en .pdf)

Publicado en revista BOCAS, No.29, de abril de 2014

shaki

La voz del Camp Nou

El estadio del Fútbol Club Barcelona tiene voz propia. Muchos la han escuchado pero pocos conocen el rostro de la persona que está frente al micrófono. Manel Vich está a punto de cumplir 76 años y su deseo de seguir siendo el locutor del Camp Nou es latente. En más de medio siglo, sólo un cáncer de riñón y las bodas de sus hijos han hecho que falte alguna vez a un trabajo por el que nunca ha cobrado. Crónica de un hombre a una voz pegado. Escrita para la revista Panenka, No. 27, de febrero de 2014.


panenka27

(Haz clic en la imagen o en el enlace, abajo,
para leer la historia completa en pdf).

Publicado en Revista Panenka No. 27, Febrero, 2014

panenka27_portada

El dilema… de Martino

tata2

“Fue un error de apreciación la tardía utilización de la palabra crisis”, dijo José Luis Rodríguez Zapatero, en una confesión autocrítica de su papel como presidente del gobierno español, que hizo durante la presentación de su libro a los medios, en Madrid.
En ese texto, El dilema (Planeta, 2013) que, a manera de memorias, repasa y revive sus años como jefe de Gobierno, Rodríguez Zapatero deja en claro que debió asumir con anterioridad el uso de esta palabra para tratar de resguardar la insalvable economía española. Aceptar ese término era comenzar a reconocer el mal. Y, como tal, formaría parte de su tratamiento. Cosa que no hizo y ya sabemos cómo estamos y cómo vamos. En fin…
Cito esto, porque después de ver jugar al Fútbol Club Barcelona contra el Ajax, partido de la Champions League que perdió 1-2, en el Ámsterdam Arena, y luego de la derrota 1-0 contra el Athletic de Bilbao, en el nuevo San Mamés, su entrenador, Gerardo Martino, está aún a tiempo de incluir esta palabra en su léxico y discurso de cara al pueblo culé: dirigentes, jugadores, socios, simpatizantes y hasta los turistas que sin saber de fútbol, lo primero que hacen, al llegar a Barcelona, es comprar la camiseta blaugrana como souvenir.
Líder sólido y mandamás de la Liga española, el Fútbol Club Barcelona está en crisis. Hay que reconocerlo. Lo está porque todos los citados anteriormente –hasta los turistas que sin saber de fútbol, lo primero que hacen, al llegar a Barcelona, es comprar la camiseta blaugrana como souvenir– quieren que el equipo de Martino juegue como el de Guardiola. Y no es posible. A pesar de tener casi los mismos jugadores y la misma columna vertebral: Valdes, Piqué, Xavi y Messi, el del míster argentino y el del míster catalán son dos conceptos distintos de poner en práctica sobre el campo. El FCB está en crisis porque su máxima estrella, Messi, está lesionado. Está en crisis, a pesar de Neymar y el resurgimiento de Álexis. El equipo que se autodenomina “más que un club” está en crisis, por eso mismo que dice ser: “más que un club”. El Barça está en crisis porque los equipos que ha entrenado el ‘Tata’ se paran y juegan muy distinto a los equipos del ‘Pep’. El dilema que tiene Martino es reconocer esto y dar vuelta de página a la época guardiolista e imponer su propio estilo en el Camp Nou. Sin embargo, quizás eso le cueste el puesto. De ahí el dilema.

After derbi català

Desde el color de donde se mire muchas o pocas cosas dejó el derbi jugado entre el F.C. Barcelona y R.C.D. Espanyol que, con gol del chileno Alexis, en el Camp Nou, ganó el primero sobre el segundo por un gol contra cero. Una de ellas, pocas o muchas, la encontré en el suplemento deportivo que trae El Periódico los sábados, bajo la cabecera: másdeporte.
En el “unoxuno”, un clásico de la prensa deportiva para resumir la actuación de los jugadores postpartido, cada futbolista recibe una calificación de uno a diez y un adjetivo que describe su papel dentro del campo. Si hacemos a un lado los nombres o apellidos de los futbolistas de cada equipo y lo reemplazamos por la palabra elegida por los redactores en cada caso, las alineaciones fueron las siguientes:
FC Barcelona. Portería: Oportuno. Defensa: Fallón, Dubitativo, Irregular, y Aplicado. Mediocampo: Coartado, Apretado, e Intermitente. Delantera: Salvador, Espeso, e Ingenioso. Salieron del banquillo de suplentes: Animado por Salvador; Útil por Intermitente; y Testimonial por Irregular. El gol lo anotó Salvador.
RCD Espanyol. Portería: Brillante. Defensa: Tenaz, Muro, Sobrio, y Luchador. Mediocampo: Motivado, Colocado, y Potente. Delantera: Apagado, Discreto, y Listo. Salieron del banquillo de suplentes:  Trabajador por Apagado, y Testimonial por Motivado.
Nada más qué decir. Bueno, algunas crónicas escribieron que fue un “intenso partido”. Con tanto adjetivo, ¿cómo no?