La hora del Cholo Simeone

Diego Pablo Simeone rara vez está sentado durante un partido de fútbol. Le da lo mismo que sea contra el Real Madrid o el Sant Andreu, equipo contra el que lo seguí al ver jugar a su “At-letico”, en Barcelona, por los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, en el estadio Narcís Sala. Vestido de camisa blanca, chaqueta negra y pantalón del mismo color, el Cholo se mueve en el banquillo como una pantera enjaulada. La mayor parte del juego lo pasa en el área limitada para los técnicos. Casi quiere mezclarse con los jugadores en la cancha, porque se siente uno más de ellos y no un técnico de corbata y zapatos de calle. Camina. Gesticula. Mueve los brazos. Grita. Reclama al árbitro, central o asistente. Alienta a los hinchas a animar. Algunos fanáticos colchoneros pagan la entrada por verlo a él. Argumentan que mienten los dicen que Simeone dejó de jugar al fútbol. “Sólo se movió de lugar en el campo”, afirman.

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Publicado en el diario El País, abril 6 de 2014