La despedida de la Liga de Fútbol Profesional de España

Logo oficial de la Liga de Fútbol Profesional de España. / Imagen: www.laliga.es


Se terminó la Liga
de Fútbol Profesional de España. LFP por su sigla de identidad para vender al exterior. LaLiga. Su marca de competencia frente a la Premier League, la Serie A, la Ligue 1 o la Bundesliga. Finalizaron las 38 jornadas de la temporada 2017-2018 que dejaron como campeón a un claro y muy superior F.C. Barcelona. Se terminó una Liga que se hizo larga. No por la ventaja y el claro dominio de los azulgranas frente a los demás equipos, sino porque al cierre, con tantas despedidas y “pasillo no, pasillo sí”, no se veía el final.

Se despidió Andrés Iniesta. Se irá con sus vinos manchuelos al fútbol japonés, al chino, al catarí, al australiano o terminará jugando pachangas con Ronaldinho y demás en el Barça Legends. Fernando Torres dijo adiós al Atlético Madrid. Torres, que no es tan niño, escribió en su carta: “Gracias por tanto y perdón por tan poco”. Tiene 34 años. Los mismos que Iniesta. Los dos campeones de Europa y del Mundial con ‘La Roja’. Es el fútbol. La vida. Un viejo conocido de Torres: Rafa Benítez, y que ya lo tuvo en el Liverpool y Chelsea, lo quiere en el Newcastle. It is true, Rafa?

Otro que se marchó fue Xabi Prieto. El 10 de las últimas 15 temporadas en la Real Sociedad. El 10 que tentó un par de veces el poderoso vecino, el Athletic Club, pero pudo más la fidelidad. Vaya cosa más extraña en el fútbol. No lo digo con el ánimo de torpedear matrimonios. Xabi, con be, también forma parte del club de los 34 años. Su equipo diseñó una camiseta especial para su último partido, contra el Leganés, en Anoeta. El escudo se transformó en otro con su cara. Metonimia futbolera. Fútbol para coleccionistas.

Iniesta y Xabi, con be, se  abrazaron en el último partido de los dos como profesionales en el Camp Nou. Intercambiaron besos, recuerdos y placas. Uno cuelga las botas. Más pronto que tarde quizás lo veamos en el banquillo, dirigiendo a los de Anoeta. El otro, Iniesta tiene que ingresar dinero para seguir con sus vinos. Se sacará el certificado como entrenador pero será extraño verlo dirigiendo un equipo como míster. Tiene más de maestro de vino que de fútbol, sabiendo más de lo segundo que de lo primero.

Otro que se despidió fue el árbitro David Sánchez Borbalán. Después de 32 años, el almeriense dejó el pito. No hubo ruido ni muchas páginas ni hagiografías. Ser árbitro no vende en un país sin justicia. Solo lo acompañó y aplaudió su familia en San Mamés durante el  Athletic Club-R.C.D. Espanyol.

Otro Xavi, Hernández, se emocionó y lloró en la despedida de Iniesta. Ya hemos perdido la cuenta de cuántas se le han hecho. No más, por favor. “Iniesta: ¡vete ya!”. Se bajó el telón de la Liga de Fútbol Profesional 2017-2018. Liga en la que el Real Madrid desempeñó el trabajo de un doble en una película de acción. Estuvo allí para las escenas peligrosas pero no mostró su cara. Ni siquiera le tocó el papel de extra sin parlamento. Todas las castañas las puso al fuego en la Champions League. Los merengues se jugarán todo al 26-M. Ya veremos si le sale bien. Si no… ¿Bon voyage, Zidane? Se acabó la Liga. Nos queda Rusia 2018. Que es lo mismo decir, la despedida mundial de Iniesta. Otra más.

Sólo falta Roma (Instantánea de una celebración)

El partido FC Barcelona-CA Osasuna ya es historia. La estadística dirá que el marcador fue favorable al visitante 0-1. Gol del uruguayo Walter Pandiani, a tiro de esquina. Otro más que se come la defensa azulgrana de pelota quieta, como el de Gaizka Torquero, del Athletic de Bilbao, en la final de la Copa del Rey, y como otros tantos en esta temporada. Seguramente ‘Sir’ Alex Ferguson, con su Manchester United de siempre, volvió a tomar nota y tiene todo listo para atacar esta debilidad del Barça en el Olímpico de Roma, durante el duelo del miércoles que definirá quién se queda con la ‘Champions’.

El juego entre el campeón y los ‘Rojillos’ -que se jugaban la permanencia en la Primera del fútbol español- es pasado. Ahora el césped del Camp Nou está vacío. No hay jugadores. En el centro del campo, el trofeo de la Liga, que desde la tribuna de prensa la veo brillar tanto como la coronilla pelada de un Johan Cruyff en el palco oficial, espera por sus nuevos dueños.

La casi 78 mil personas que ocupan las graderías del estadio aplauden llevando el ritmo de la música. Una que otra bandera se agita a lo lejos. Puyol y Xavi encabezan la marcha del equipo de Pep Guardiola que regresa desde el vestuario, tras la derrota de esta noche, para celebrar la victoria del año. Enfundados en la misma camiseta que jugaron este 2008-2009 –durante el choque contra el Osasuna estrenaron el primer uniforme del siguiente campeonato- son recibidos por el público como guerreros que se marchan a conquistar otras tierras. Vuelan los papelitos azulgranas.

“Buenas noches”, resuena la voz de Puyol por los amplificadores del estadio. “Gracias por estar aquí –agrega el capitán-, ya tenemos dos títulos… ahora vamos por la ‘Champions’. La ovación como respuesta no se hace esperar. La fiesta continúa y los jugadores comienzan a pasarse el micrófono como si fuera la misma pelota que tan bien han tratado este torneo. Tuyo-mío. Mío-tuyo.

El turno es para Guardiola. Con traje y corbata gris, camisa blanca y zapatos negros, Pep parece más un Sinatra que un entrenador de fútbol. “El miércoles estos jugadores no nos fallarán”, dice como el mismo Frank cuando cantaba ‘My Way’. Y así, a su manera, le lanza el micrófono a Piqué. Éste se lo suelta a Xavi, quien dribla a Cáceres y se lo pasa a Iniesta. Todos prometen la ‘Orejona’. Así siguen Busquets, Messi, Valdes. Henry y su “es un placer jugar en un equipo así”; para que finalmente –quién sino-, Eto´o defina con un “este ha sido un buen año… si el miércoles hace falta correr 80 kilómetros para ganar lo haré”.

A esta hora, las 11: 38 de la noche, media hora después de haber recibido el trofeo, quizás por lo atronador de la pólvora, ya nadie se acuerda de la derrota contra el Osasuna. Menos de la expulsión del debutante Marc Muniesa –que entró por Sylvinho-, o de la también expulsión de Guardiola al protestar esa roja, lo que originó una ‘pañolada’ y rechifla general del público al árbitro Antonio Rubinos.

A esta hora todos ya tienen la mente en blanco. El color del uniforme que vestirá el Manchester United en el partido del miércoles. El último obstáculo que se interpone entre el Barça, el triplete (Copa del Rey-título de Liga-‘Champions’), y la historia.

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